martes, 31 de octubre de 2017

Artículo acerca de descubrimiento científico: Bacteria que puede eliminar cromo de efluentes industriales.


La microbiología está demostrando ser uno de los campos más utiles para el sector industrial. Esto se vió reflejado el 30 de octubre de este mismo año cuando un grupo de investigadores argentinos de la agencia CyTA-Leloir descubrieron una bacteria en la cuenca del río Matanza-Riachuelo que tiene la útil habilidad transformar los residuos tóxicos de plomo procedentes de determinadas industrias en otros menos contaminantes.
Los microorganismos autóctonos aislados reconvierten el cromo hexavalente o Cr (VI) a cromo trivalente o Cr (III) y , además ,se trata de un microorganismo que no causa enfermedades humanas ni animales, lo que contribuye a que pueda usarse para tratar efluentes.


Para encontrar microorganismos capaces de vivir en ambientes contaminados con metales, la cuenca Matanza-Riachuelo parece ser el sitio ideal. Los investigadores de la agencia CyTA-Leloir tomaron muestras de seis puntos a lo largo de la cuenca y en todas encontraron plomo, zinc, cobre y cromo. Incluso en las zonas más alejadas de la desembocadura (menos urbanizadas e industrializadas), las concentraciones de Cr (VI) superaron las máximas establecidas por la Ley Nacional de Residuos Peligrosos para proteger la vida acuática.
Foto de cromo Cr (VI) o Hexavalent Chromium. Obtenida en Als-Environmental

Se estipula que esta serie de microorganismos podrían ser situados en biorreactores donde los residuos pudieran ser vertidos para ser tratados por los microrganismo , y , a su vez , decantar las sustancias resultantes de su acción con tal de eliminarlas del medio.

De acuerdo con los especialistas, ambos tratamientos, el químico y el biológico, podrían convivir. “Las industrias son las que deciden cuál utilizar. Esta elección seguramente dependerá de los costos, de la eficiencia, de la posibilidad de adaptar un tratamiento preexistente a esta nueva tecnología y, por supuesto, de su compromiso ambiental”. –señaló Ana Julieta González , miembro del equipo de investigación–


Información obtenida desde la página de NCYT Amazings

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